En el marco del 46 SNA Coomunarte, la cooperativa de artistas firmantes del acuerdo de paz participó con la propuesta Recorrido trashumante, la voz del Yuma, un recorrido sonoro por el nacimiento y desembocadura de_l río Magdalena, que retoma la escucha atenta del entorno como una práctica ética, estética y política.
Colombia está tejido por hilos de agua, la presencia de los ríos es abundante y viva; el río Grande de La Magdalena, en particular, es un ser que lleva múltiples memorias, navegarlo y recorrerlo, es acercarnos a lo “inaudito” que se vuelve en hilo primordial y caudaloso para amarrar una tierra que parece que se divide en dos. Es el río como frontera interna, lugar de tránsito que la hace propensa a conflictos y a violencias multidimensionales que, aunque no han roto todos las uniones de este tejido, si lo han debilitado. Este compromiso mueve a Coomunarte al 46SNA, con la propuesta de resignificar al Magdalena por medio de un recorrido trashumante.
La escucha es una experiencia sensible que nos acerca o conecta con la vida que nos rodea y puede llevarnos a cambiar nuestra relación con la naturaleza, porque vivir en armonía es una situación sonora. Desde el Páramo de las papas en el Cauca hasta Bocas de ceniza en Barranquilla, El recorrido trashumante, la voz del Yuma fue un recorrido de escucha atenta a lo humano y no humano, a la voz del río, a la dimensión sonora del magdalena como un acción necesaria y urgente: escuchar los escenarios de vida en medio de la actual crisis climática puede transformar radicalmente la comprensión que tenemos de la naturaleza, compartir la escucha y construir colectivamente espacios/prácticas de encuentro con la vida en sus múltiples formas, es parte de la motivación de esta trashumancia. Para el cierre del recorrido se realizó una mesa de radio en vivo en donde Sonidos, palabras y experiencias se tejieron en torno al Yuma y las comunidades que habitan este caudaloso ser de agua. La ruta la realizaron tres artistas que llevaron solamente su morral trashumante, dentro de este, tenían su ropa y herramientas, como un portátil, una cámara, un hidrófono, bitácora de bolsillo y sus celulares; con éstos recursos básicos se recolectaron sonidos, imágenes y mensajes, se hicieron ejercicios de escucha y de memoria, que terminaron en una instalación sonora y una mesa de radio colectiva.